A veces los padres se olvidan de que sus hijos ya tienen un entrenador: les exigen y les riñen tras un partido, sin darse cuenta de que según cómo actúen afectarán a la evolución de su hijo. Por eso hay que recordar que los padres no son los entrenadores de sus hijos, para dejar que sean los propios entrenadores los hagan ése trabajo. La psicóloga Patricia Ramírez, autora de “Autoayúdate” lo cuenta en una entrevista al programa de la 2 “Para todos”.