Son unas 12.239 mujeres quienes las sufren frente a los 9.020 hombres; pero es que además el pasado año, 1.700 mujeres dejaron su empleo para atender al cuidado de familiares dependientes en Galicia

Más de 12.200 mujeres mayores de 60 años de la provincia de Pontevedra padecen algún tipo de demencia, frente a 9.020 hombres. La incidencia de las demencias entre las mujeres es de un 60% del total.

En Galicia, la prevalencia en Alzheimer y otras demencias es de 38.401 mujeres frente a 28.735 hombres; y en Vigo, de 4.902 mujeres frente a 3.269 hombres.

Se estima que, en diez años en Vigo, estas cifras habrán aumentado hasta las 5.566 mujeres afectadas frente a 4.125 hombres.

La mayor prevalencia de las demencias en mujeres se explica, en parte, por su mayor longevidad, pero se están realizando estudios en la actualidad (Fundació ACE) que apuntan a la acción de los estrógenos durante la etapa menopáusica y la mayor tendencia a la depresión como factores de riesgo en este grupo poblacional. Otra circunstancia que podría favorecer una mayor presencia del Alzheimer y otras demencias entre la población femenina es el menor nivel educativo de las mujeres de más de 70 años, que puede implicar una menor actividad intelectual, lo que propicia el deterioro cognitivo.

La brecha de género en el ámbito de las demencias no acaba con su incidencia en la enfermedad, sino que se amplía al entorno de cuidados. En concreto, del total de cuidadores a tiempo completo, alrededor de un 60% son mujeres.

El perfil del cuidador principal es una mujer. En Galicia, hay actualmente 92.600 mujeres dedicadas al cuidado de un familiar dependiente, por 56.300 hombres, en el transcurso de una enfermedad que puede durar de 7 a 15 años.

De ellas, el 55% tiene entre 45 y 64 años y dedica una media de 60 horas semanales a la atención de la persona con Alzheimer u otra demencia, el 26% desarrolla el cuidado con dificultades por falta de fuerza física y el 17,5% por carencia de formación especializada en la enfermedad.

La labor de cuidado se salda además con muchas complicaciones: el 50% de las cuidadoras tiene problemas de salud derivados del cuidado, el 23% expone que ha tenido problemas profesionales (interrupción del trabajo o reducción de jornada) y un 32% ha visto resentido su tiempo libre y su vida familiar.

La creación de nuevos recursos para personas con demencia debe responder también a un nuevo reto: el cambio de paradigma en el modelo familiar.