El sistema desmantelado era muy profesional con dos servicios diferentes de televisión, uno con más canales y calidad que el otro, para adecuarse a los distintos tipos de clientes
Agentes de la Policía Nacional han desarticulado una organización dedicada, presuntamente, a la venta ilícita de televisión de pago por Internet.
La investigación se inició a principios de 2020 cuando los agentes recibieron una denuncia donde se ponía en conocimiento la comercialización ilícita de ese tipo de contenidos. Una vez recibida la denuncia se realizaron las gestiones necesarias para identificar a las personas implicadas y, tras analizar el flujo de pagos que existía entre los distintos investigados, pudieron constatar que uno de ellos era el principal elemento de la organización criminal. Además comprobaron la infraestructura que había creado para difundir la señal ilícita de televisión y que facilitaba a los demás implicados, que eran revendedores de la misma.
La red desmantelada estaba compuesta por un proveedor de contenidos, que es el vector fundamental ya que se encarga de facilitar la señal de televisión con los canales que se ofrecen; los revendedores, que son los responsables de comprar esa señal al proveedor o revendérsela posteriormente a los usuarios finales por un precio algo más elevado; y los clientes finales, que contactan con los revendedores que se suelen anunciar a través de sus propias páginas web, redes sociales o portales de compra-venta.
Dada la facilidad que ofrece el sistema IPTV para difundir la señal de televisión con independencia de la ubicación física de las personas, se detectó que el proveedor de contenidos residía en la localidad de Mataró (Barcelona), mientras que los otro cuatro implicados eran vecinos de Narón (A Coruña) y Madrid.
Una vez realizadas todas las gestiones tendentes a localizar a los miembros de la organización, así como a establecer las relaciones que existían entre ellos y el papel que cada uno jugaba, se solicitó el registro de los domicilios de los mismos. En la vivienda del principal investigado, en Mataró, se localizó la infraestructura que tenía montada para difundir la señal, y en la que mezclaba contenidos que obtenía él mismo a través de una antena parabólica o de decodificadores, con otros que compraba a proveedores tanto nacionales como extranjeros. En el domicilio de Narón se detuvo a tres personas y en el de Madrid a una más, comprobando que, eran revendedoras del investigado en Mataró. En los registros se han intervenido diez decodificadores, siete teléfonos móviles de alta gama, dos ordenadores, dos tablets, 28 criptodivisas Ethereum y 1250 euros en efectivo.
Los investigadores confirmaron que el detenido de Mataró tenía montado el sistema de manera muy profesional, ofreciendo incluso dos servicios diferentes de televisión, uno con más canales y calidad que el otro, para adecuarse a los diferentes tipos de clientes. Asimismo se confirmó que no trataba con clientes finales, únicamente con revendedores, como los detenidos en Narón y Madrid, que posteriormente eran los encargados de tratar con los consumidores finales.
En función del número de revendedores que tenía activos en el momento de su detención, se estima que el número de usuarios finales que estarían accediendo a la señal del detenido podrían ser de alrededor de 20.000. Teniendo en cuenta que el precio medio que paga cada uno de ellos por acceder a sus servicios es de unos 50 euros, implicarían unos ingresos anuales de alrededor de 1 millón de euros.