Los profesionales que componían el grupo de cata pusieron en valor los vinos que tenían las mayores crianzas en rima de los 28 caldos gallegos analizados
El pasado miércoles 17, el Castillo de Doña Urraca en Salvaterra de Miño, reunía a los directores técnicos de todas las DD.OO. de Galicia y de zonas limítrofes, para realizar la primera cata profesional de espumosos gallegos.
Salvaterra de Miño,Capital del Vino Condado, lleva ya 55 años organizando una de las fiestas gastronómicas más antiguas de Galicia, la “Festa do Viño do Condado”, y ante a irrupción de este nuevo producto en las bodegas del Condado, el año pasado se organizó la primera Fiesta del Vino Espumoso.
El sector vitivinícola tiene un gran peso en la economía local y como tal, una gran relevancia en todas sus facetas.
El grupo de profesionales de esta cata estuvo formado por la directora técnica C.R. D.O. Ribeira Sacra, Beatriz Soto; el director técnico C.R. D.O. Valdeorras, Jorge Mazaira; el presidente del Comité de Certificación y Calidad del C.R. D.O. Ribeiro, Xosé Carballido; el presidente del C.R. II.GG. Aguardientes y licores Tradicionales de Galicia, José Antonio Feijoo; el director técnico C.R. D.O. Monterrei, Miguel López; el miembro del Comité de Calificación del C.R. D.O. Rías Baixas – Sumiller de Makro Galicia, José Dopazo; el miembro del Comité de Calificación del C.R. D.O. Bierzo (exdirector técnico D.O. Bierzo), Pablo Franco; el gerente de Rutas del Vino del Bierzo (exdirector técnico de los CC.RR. DD.OO. Bierzo y Ribera del Duero), Rubén García; el director Técnico C.R. D.O. Toro, Santiago Castro; el secretario general Asoc. Sumilleres Gallaecia, Alejandro Paadín; y el autor de la Guía de Vinos, Destilados y Bodegas de Galicia, Luis Paadín.
A primera cata profesional que se realiza con todos los espumosos gallegos, 28 caldos que ponen de manifiesto la gran diversidad y calidad de nuestros vinos, donde el propio panel de cata observó dos tendencias, la del estilo propio o la prevalencia de la casta sobre el sistema de elaboración.
Los profesionales pusieron en valor los vinos que tenían las mayores crianzas en rima; en definitiva, vinos con personalidad propia. Esta ha sido, sin duda alguna, una acción más de la puesta en valor de uno de los recursos económicos y marca de identidad del municipio salvaterrense.