Redacción 25/01/2015

El conjunto de Abel Estévez, que perdió a Cecilia Cacheda por un aparatoso golpe en la última jugada del primer tiempo, mantuvo el tipo ante un poderoso rival hasta que, sin opciones ya de triunfo, Abel Estévez optó por rotar a sus jugadoras y el Guardés aprovechó para ampliar el marcador

MECALIA GUARDÉS – BALONMANO PORRIÑO        34-20

El Balonmano Porriño cierra el derbi con un sabor agridulce. Dulce porque a pesar de la diferencia de potencial económico entre ambos conjuntos, las porriñesas lograron tratar de tú a tú al Guardés durante casi todo el encuentro y sólo sucumbieron en los diez últimos minutos cuando, ya sin opciones de victoria, su técnico optó por pensar en el futuro y rotar a sus jugadoras.  Agrio por el golpe sufrido por Cecilia Cacheda en la última acción del primer tiempo que obligó a evacuarla en ambulancia y a realizarle diversas pruebas al no poder mover las piernas, un examen que descartó mayores problemas y la jugadora ya ha sido incluso dada de alta. Y también por el marcador final, inflado en esos últimos instantes de encuentro.
La primera parte del derbi respondió con creces a las expectativas. El conjunto de Abel Estévez plantaba cara a un Guardés que no lograba abrir distancias en el marcador (9-7, min.20). El pulso no tenía vencedores ni vencidos. Hasta que el encuentro empezó a torcerse para las porriñesas. Fue a falta de apenas 15 segundos para la conclusión de la primera parte. Cecilia Cacheda marcaba el 14-11 pero en esa acción sufría en golpe que la dejaba tumbada en el suelo, sin poder mover las piernas. Tras ser evacuada en ambulancia y llevada al hospital para realizarle unas pruebas, se descartó ningún problema grave aunque la próxima semana tendrá que pasar de nuevo por consulta.
Mientras, al reanudarse el partido, el Guardés aprovechaba el desconcierto porriñés para marcar el 15-11 con el que se llegó al descanso.
Esa diferencia de 4-5 goles a favor de las locales se mantuvo durante gran parte de la segunda mitad. Porque el BM Porriño no conseguía apretar más el derbi al no estar fino en ataque, donde desperdició hasta seis claras situaciones de seis metros y algún penalti.
Por eso, al llegar a los últimos minutos, Abel Estévez, viendo que las opciones de pelear el triunfo se habían ya esfumado, decidió pensar en el futuro y no cargar más de minutos a las jugadoras habituales, repartiendo minutos y rotando a toda su plantilla. El Guardés, por el contrario, aprovechó la situación para ampliar paulatinamente su renta hasta llegar al 34-20 final.

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