Redacción 10/10/2014

En esta entrevista, el escritor local Rubén Pintos nos habla de su trayectoria, de la que es su primera novela, “El niño de los colores” y de sus futuros proyectos. Natural de Mos, aunque afincado desde hace años en el País Vasco, nos sorprende con su bautizo literario, una novela juvenil en la que Pintos ahonda en esos valores que, como sociedad,  hemos ido perdiendo

Hoy compartimos confidencias con este autor versátil, entregado y entusiasta, que nos hace partícipes de lo que supone dar el paso y  zambullirse de lleno en el difícil arte de la escritura

¿Cómo fue tu primer contacto con la escritura?

Si mal no recuerdo, hace mucho tiempo, en 6º de EGB (1º de la E.S.O.) en el Instituto en Francia, donde me crié. Fue una redacción que escribí y que la profesora de Lengua – creo que incluso era sustituta de la habitual (no recuerdo su nombre) – puntuó con nota alta y exhibió ante los demás alumnos como ejemplo. Lo que resaltó de ella, fue su alto contenido imaginativo. Trataba de un sultán que, sobre su alfombra mágica, inspeccionaba sus dominios. Me sentí muy bien, me gustó, y a partir de entonces trato de mejorar todo cuanto escribo. Años más tarde, aquí en el Instituto (Pino Manso) de O Porriño, mi compañero de pupitre José Manuel Pérez Porto, hoy abogado, me enganchó definitivamente. Escribía unos poemas realmente hermosos… al menos para aquellos tiempos adolescentes.
 
Háblanos de ti, cómo te definirías, tus gustos, tus inquietudes…

Me considero una persona normal a la que le gusta escribir,  imaginar y contar cosas… me gusta la lectura, por supuesto, el cine, la música – sobre todo el rock – y el buen comer, como buen gallego. Me encanta ser gallego y ejerzo como tal. Tengo muchas cosas escritas en la lengua de Rosalía. Mis inquietudes son como las de cualquier persona sensata, que ve como este mundo se va al garete y poco o nada hacemos por él. Mis hijos son lo que me preocupan: les han arrebatado el futuro. En cuanto a mi vida laboral, sólo os diré que trabajo en Euskadi en el ramo de la seguridad y, por esa misma, me reservaré cualquier otro comentario. Soy una persona feliz, felizmente casada, lo que no deja de ser curioso en los tiempos que corren, creo. Creo, sinceramente, en la familia, a la que tanto se maltrata.

¿Cómo podemos catalogar esta obra? ¿Novela, diario de viaje, poesía, autobiografía, ficción histórica…?

Como novela, sin duda. Según la editorial, en su “Informe de Lectura”, se trata de una novela juvenil con realidad imaginaria. Así me la clasificaron. De hecho, si vas a la web de la editorial (SELEER), encontrarás el libro en la sección de novela. Es, por tanto, una obra de ficción.

¿Cómo y cuándo surge la idea de escribir esta obra?

Siempre la tuve en mente. Al menos la idea, la historia en sí, como otras muchas más. Soy de los que cada día me invento una historia, creo poseer una imaginación muy fructífera (jajaja). La idea surge a través de uno de los muchos defectos que adornan mi personalidad, en este caso, una tara, si así puede definirse. En uno de esos psicotécnicos, a los muchos que debo someterme por mi profesión, y en concreto al que hay realizar para continuar disfrutando del permiso de conducir, creo que fue con el primero, descubrieron que con los colores, yo, no me llevo bien. Puede decirse que sufro cierto grado de “daltonismo”. Confundo y no distingo bien ciertos colores. Nunca me he sometido a ninguna terapia, ni lo he consultado cono ningún especialista, pero no hace falta: yo lo sé y quienes me conocen, también. Así surgió la idea de escribir, “El Niño De Los Colores”. Buscaba una disculpa para escribir el libro y allí la encontré.

¿Cómo definirías tu estilo literario?

Sinceramente, no lo sé. Aunque puedo decir que es propio, como el de todos, y que, evidentemente, tendrá influencias de muchos escritores a quienes he leído. En la “Nota de Autor” que expongo al principio de “El Niño De Los Colores”, hago referencia a mi hija Almudena, entre otros agradecimientos. A ella me refiero como mi más implacable y sincera crítica. Pues bien, entre otras cosas, de lo que me acusa es de ser demasiado retórico, de poner demasiadas palabras donde con menos, diría lo mismo y puede que hasta mejor. Creo que un buen amigo mío, aquí de Porriño, también se sumó a ese matiz.

A pesar de que “El niño de los colores” no es una obra autobiográfica, ¿Cuánto de ti mismo reconoces en tus personajes?

Pues es probable que bastante, diría yo. Y en mayor grado en su protagonista, Marc. Con los demás, al igual que las situaciones, hago muchos guiños a momentos vividos. Quienes mejor me conocen, en algún pasaje de la novela se verán reflejados en ella. Soy de los que creo que cualquier autor siempre deja algo de sí mismo en su obra, por más que esta sea ficticia e imaginaria. Somos lo que hemos vivido, así que nuestras fuentes de inspiración y referencias parten de esas mismas vivencias.

¿Como ha llevado tu familia y los que te rodean todo el proceso de escritura?

Bueno, en realidad, sólo lo han padecido dos miembros de mi familia. Mi hija, a quién ya he nombrado, Almudena, y mi mujer, Ana. Mis otros dos hijos hace algún tiempo que no viven con nosotros. Sé que en más de una ocasión he sido un pesado. Me quejé con demasiada frecuencia de lo infructuosa que resultaría la obra por mi falta de talento, por supuesto, y de que nada serviría escribirla ya que seguramente nadie estaría dispuesto a publicarla. Pero ellas no cedieron, sobre todo mi mujer y, ahí sí, que yo “sufrí” en auténtico “acoso” en forma de aliento y ánimos, no cejó en su empeño hasta tuve terminada la novela. Supongo que, en el fondo, es lo que andaba buscando. Por supuesto, Ana, fue la primera persona en leer el manuscrito original.

¿Estás sumergido en algún nuevo proyecto?

Si te soy sincero, tengo varios. Pero como todos a la vez no pueden escribirse, sí estoy sumergido en uno en concreto. Y te diré que es de recién “invención”. Surgió a raíz del furor que está causando la trilogía “Cincuenta sombras de Grey” de la autora, E. L. James… y un poco como un desafío: le dije a mi esposa que yo era capaz de escribir una novela erótica mejor que esa (jajaja). Ya sabéis de que trata mi próxima novela, si alguna vez llega a ver la luz.

¿Te gustaría ver “El niño de los colores” algún día plasmado en la gran pantalla?

No sé cómo. No creo que sea una historia demasiado cinematográfica. Pero si alguien se atreve, yo siempre estoy abierto a cualquier posibilidad, aunque lo vea muy difícil. Además, hay que considerar otros factores: primero tendría que ser un éxito editorial, supongo, y de momento está aún muy lejos de serlo.

¿Cuáles son tus objetivos iniciales en esta nueva andadura como escritor?

Vuelvo a remitirme a mi nota de autor al inicio de “El Niño De Los Colores”, en la que, más o menos, vengo a decir que, con tal que una persona ajena a mí y a mi entorno lea el libro, doy por colmada cualquier ambición. Aunque, obviamente, cuantos más, mejor. Todo autor quiere que su obra se divulgue y, cuanto más, mejor, y yo no seré la excepción. Tuve muchas dudas al escribir esta mi primera novela, pero ahora que ya le he perdido un poco el miedo, me atreveré con más. Así que mi siguiente objetivo es escribir la réplica a “Cincuenta sombras de Grey” (jajaja)… ¡que no es poco! Tengo un montón de cosas escritas, tanto en gallego como en castellano: prosa tales como epístolas y algo que intenta asemejarse a la poesía, y me deseo, ahora, es algún día ver si alguien quiere editarlo. Pero de momento, un paso tras otro: la “novela erótica”, primero.

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