Los cuatro jóvenes forman parte de un grupo o “crew” a los que se les imputa 26 delitos de daños valorados en casi 170.000 euros y 13 delitos de desórdenes públicos
Accedían embozados y, tras sabotear los mecanismos de conducción a través del “palancazo”, provocaban la frenada brusca del tren haciendo creer que se trataba de un atentado con artefacto explosivo, logrando que los viajeros huyesen por las vías férreas
Los detenidos han realizado grafitis en diversas ciudades de Europa, llegando a pintar trenes del Ejército de Tierra provocando la paralización del transporte ferroviario militar