Redacción 24/06/2017

La presidenta de Diputación de Pontevedra considera justa y apoya la reclamación de los progenitores de los estudiantes que también cuentan con el apoyo de la alcaldesa de O Porriño

La Presidenta de la Diputación de Pontevedra, Carmela Silva, criticó la decisión de la Xunta de Galicia de cerrar la unidad de la ESO del CPI de Ribeira de Torneiros, lo que conlleva al traslado forzoso del alumnado, al instituto de Ribeira do Louro.

Los país y madres de los alumnos de la ESO del centro de Ribera de Torneiros, celebraron este jueves una concentración en el centro de O Porriño para exigir de la Xunta, un cambio ante el traslado de los estudiantes, una manifestación que fue secundada por el equipo de Gobierno Local.

Para la Presidenta de la Deputación esta decisión de la Consellería de Educación, no fue consensuada con país y madres; y afecta a unos 70 estudiantes con los que se hizo un importante trabajo de integración en el campo escolar, al pertenecer un gran número de escolarizados a etnia gitana, un trabajo totalmente tirado abajo por la Administración gallega.

 Además, Silva considera que desde la Xunta sólo se aplican criterios económicos en el cierre de una unidad educativa “que pode provocar una masificación del instituto, lo que supondrá una disminución en la calidad en la educación”.

Carmela Silva asegura que en localidades como O Porriño, donde la población está creciendo, no se puede consentir el cierre de unidades educativas por la aplicación de criterios cortoplacistas de ahorro económico, que además suponen una concentración de escolares rompiendo equilibrios de cohesión social y territorial . 

Carmela Silva transmitió su apoyo a los estudiantes, sus padres y madres, así como a la propia alcaldesa, Eva García de la Torre.

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Al hacer clic en el botón Aceptar, aceptas el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Personalizar Cookies
Privacidad