Redacción 29/10/2016

Una docena de pequeñas anécdotas que ni se te habrían pasado por mente si piensas visitar este país

 

A continuación os cuento algunas peculiaridades que nos hemos ido topando hasta el momento en nuestra estancia en China, pero a pesar de que la diferencia cultural puede resultar muy chocante, sigo pensando que no somos ni mejores ni peores, simplemente diferentes.

1. Posiblemente esta sea la cuestión más importante de las que enumero a continuación, la barrera idiomática, es uno de los grandes handicap si decides viajar por China; y es que en la gran mayoría de ciudades solo se habla chino y, si intentas comunicarte en otra lengua o por gestos, posiblemente fracasarás en el intento ya que es algo realmente complicado para ellos.

2. Si decides vivir la aventura de subir a un taxi debes tener en cuenta varios puntos, el primero es que a pesar de que en China es todo bastante caro, los taxis no lo son, aunque también es cierto que te juegas el pellejo, porque su peculiar y brusca forma de conducir te pondrá los pelos de punta en la mayor parte del trayecto. Si lo que de verdad intentas es desplazarte en un día lluvioso, se convertirá en una auténtica utopía, pero si de verdad pretendes viajar en este medio tendrás que tener en cuenta el punto número 1, por lo que te recomendamos que lleves siempre escrito en chino el nombre del lugar al que pretendes ir o bien una foto del sitio, si no habrás fracasado en tu intento.

3. En lo que refiere a comunicación por gestos, esto es algo que no se les da del todo bien, así que te encontrarás en situaciones tan ridículas como señalar con el dedo en un mapa y que parezca que miren el dedo, en lugar del mapa; seguido de una “cara de póker” y una parrafada china a velocidad de vértigo, que te dejará más perdido que cuando empezaste.  También es diferente la forma que utilizan para enumerar. Son capaces de hacerlo del 1 al 10 utilizando una sola mano, lo que a veces te hace dudar si simplemente están contando, o por el contrario te están haciendo una chino-peineta.

4. ¿Necesitas retirar dinero en un cajero? ¿O quizás pagar en algún establecimiento? Para cualquiera de estas acciones has de tener en cuenta que, en la mayoría de los cajeros automáticos el menú solo aparecerá en chino, así que se complica mucho cualquier operación a realizar. Si por el contrario decides no utilizar el cash, mucho cuidado, no sería raro que solo acepten tarjetas Unión Pay, que bien mirado es una buena forma de apretarse el cinturón.

5. Por otra parte si tienes la mala suerte de toparte con una trifulca en plena calle, bien por un accidente u otro motivo, no te preocupes demasiado, los mirones de turno se amontonarán para ver el espectáculo y reírse un rato; por supuesto sin mediar, lo normal es que griten mucho y se insulten pero en muy raras ocasiones llegarán a las manos, ya que aquí eso es motivo más que suficiente para acabar en el calabozo.

6. A la hora de cruzar la calle presta toda tu atención, al igual que le explicamos a los más pequeños eso de mirar a derecha e izquierda antes de de cruzar, aquí tendrás que hacerlo en reiteradas ocasiones; pues aunque sea en un paso de peatones reglado por semáforos que funcionan a la perfección, ellos pasarán con sus coches o motos cuando se les antoje y permitiéndose pitarte si se te ocurre molestar. Y es que el tráfico, al igual que en el resto de Asia, es una auténtica locura; el caos reina en cada calle y en cada acera tanto aparcar como circular, es de lo más normal.

7. Refiriéndome al punto anterior tendrás que estar alerta en todo momento al tráfico, ya que las motos en este país son eléctricas y no emiten sonido alguno cosa que tiene su parte positiva -nada de ruido ni contaminación-  y su parte peligrosa -para los despistados-. Estas tienen zonas específicas de recarga por monedas, aunque algunos vecinos las suben a sus pisos para cargarlas en sus hogares como si de una tablet o teléfono se tratara. También es importante saber que si eres valiente y te atreves a conducir sólo, el único vehículo con el que podrás hacerlo son las motos, ya que conducir un coche para los no nacidos en China es prácticamente imposible… De todos modos dudo que me atreviera a hacerlo.

8. Una de las cosas que más me incordió a nuestra llegada a China fue lo mal que funciona Internet para los que estamos acostumbrados a navegar a alta velocidad. Aquí, aparte de tener velocidad de manivela, la cantidad de censura que hay hace que se te quiten las ganas de navegar, adiós a las RRSS y navegadores tan queridos como Google. Si pretendes navegar como un occidental tendrás que pasarte a la vida pirata y descargarte algún VPN, que son aplicaciones que enmascaran tu dirección IP y aparecerás conectado desde Japón, Canadá  o vete tú a saber y en realidad seguirás estando en China.

9. Amén de que su sentido de la higiene dista mucho del nuestro, el pudor tampoco es uno de sus fuertes y es que hacer tus necesidades fuera de casa debes considerarlo como tu último cartucho, sus wc son un pequeño agujero en el suelo en el que tendrás que hacer malabares para sujetar tu bolso, la puerta y apuntar con la destreza suficiente al dichoso agujero para no terminar salpicándote… Y si vais con niños el tema se complica pero todo es cuestión de supervivencia.

10. Lo cierto es que en esta cultura encontramos diversidad de contrastes pero hay uno que además de sorprenderme, me da muchísimo repelús y es que, los chinos ya sean mujeres, hombres, niños, adolescentes o abuelos de cualquier clases sociales escupen de manera sonora desde lo más profundo de su ser y no importa demasiado si lo hacen a tus pies en plena calle, en un restaurante, autobús, etc… Pero sí con total normalidad, ya que dicen que no es bueno tragar saliva porque con esta tragarás impurezas, así que alguno en España ya tiene la excusa perfecta.

11. Practicar la destreza con los palillos será de gran ayuda antes de visitar China, ya que aquí en la mayor parte de restaurantes será lo único que te den para comer. He pensado ahora en lo gracioso que me parecía entonces mi abuelo, siempre con la navaja multiusos preparada en su bolsillo para cualquier degustación. Ahora  yo, al igual que él,  llevo en mi bolso un auténtico kit de cubiertos.

12. Hacer esa foto soñada en ese idílico paisaje con el que tanto has soñado mientras lo veías en internet, será misión imposible, ya que allí donde vayas te encontrarás grupos turísticos de chinos ataviados con sus guías y cámaras por todas partes; eso sí, no te sorprendas si en lugar de fotografiar el precioso palacio que estas visitando, el centro de los flashes eres tú, una occidental rara para ellos.

Lo importante creo yo, es que todas estas curiosidades se conviertan en retos a salvar y no en barreras, así que nuestra vida en China a veces es un reto…

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