La falta de “celeridad, coordinación y suficiencia” provocó un “operativo descoordinado y poco eficiente” en este trágico suceso
Para la Mesa Intersindical de Galicia la organización del dispositivo de emergencias en el siniestro de Fandicosta ha sido un ejemplo de “irresponsabilidad” por parte de la administración pública. La Mesa denuncia que la Xunta mantiene un sistema fraccionado compuesto por diferentes empresas privadas, sin una regulación homogénea, sin mando único y con una deficiente coordinación a la hora de actuar. Por otra parte también se ha querido señalar la precariedad del servicio del 112, un servicio privatizado que no está cumpliendo con las expectativas según los denunciantes.
El colectivo de bomberos afectado por esta falta de coordinación presta servicio en el consorcio de Pontevedra, en los parques de O Salnés, Vilagarcía, Morrazo y Baixo Miño. La Mesa que representa al colectivo, acusa del “despropósito” -con respecto al incendio de Fandicosta- al Conselleiro de Presidencia, Alfonso Rueda, y responsabilizan también como Presidente de la Xunta a Alberto Nuñez Feijóo, sin olvidarse del papel de las Diputaciones, que deberían tener una responsabilidad histórica en este modelo de emergencias. Para la Mesa, el actual sistema se muestra ante emergencias como esta de un modelo ineficaz y deficiente. La solución que propone este colectivo de bomberos no es otra sino recuperar el servicio mediante gestión directa, una solución integral que se desarrollaría mediante la Ley de Emergencias.
Para la Mesa Intersindical, siniestros como el de la conservera Fandicosta deberían ser atendidos “con celeridad, coordinación y suficiencia”, y no debería dejarse todo a la improvisación, confiando en el “voluntarismo y sacrificio” con el que sin duda cuentan nuestros profesionales de emergencias. La Mesa apunta a AXEGA (Asociación Gallega de Emergencias) como el ente que debería coordinar el operativo en incendios como este, ya que en ella se invierten cantidades ingentes de recursos económicos que luego no se trasladan en una respuesta eficaz, sino más bien, como en este caso, en un operativo descoordinado y poco eficiente.
Para los sindicatos esta situación requiere de la implantación de una regulación concreta y de unos protocolos de actuación delimitados. Según ellos “Prueba del despropósito es que en la Ley de Emergencias de Galicia solo aparece la palabra “bombero” en el punto 3 de la Disposición Adicional Tercera, relativa al desarrollo del Reglamento. Punto no solo no desarrollado, sino del que ni siquiera se dignaron a hablar con nosotros.”.
La Mesa insiste en la necesidad de un Estatuto profesional para los bomberos, en el que se establezca un mando único y que sirva para que la coordinación de medios sea efectiva. El actual panorama nos muestra un modelo compuesto por consorcios privatizados, en situación precaria, con parques de bomberos locales dependientes de los grandes ayuntamientos que “o bien están obsoletos, o en precario o sin competencias claras para actuar fuera de su término municipal.”.