Isra, un porriñés de 43 años y usuario de este servicio de transporte para discapacitados, sufrió las consecuencias de la precariedad del servicio además del trato humillante al que fue sometido

Israel Mercader es un joven porriñés de 43 años muy conocido en nuestro municipio por todos los vecinos, tiene una discapacidad física por lo que se desplaza en silla de ruedas y habitualmente es usuario del servicio de transporte para discapacitados del 065. Todos los viernes de cada mes, le recogen en su domicilio a las 08.30 h para trasladarlo a las dependencias de COGAMI en Mos, donde acude a diversos talleres; después, a las 11.30 h le vuelven a recoger para trasladarlo a la piscina municipal de Porriño.

Uno de esos viernes del pasado mes de mayo, los conductores de este servicio habían cambiado el turno y según las explicaciones ofrecidas a COGAMI por el 065, en la hoja de ruta no constaba que tuviesen que llevarlo a ningún otro sitio que no fuese al domicilio. Según la versión del propio Isra, “cuando vi que tomaba la salida equivocada intente decírselo, pero no me hizo caso, cuando llegó al portal donde vivo le volví a indicar que tenían que dejarme en la piscina, ya que mi madre me recoge siempre allí, pero seguían sin hacerme caso. Finalmente,  me contestaron “vete a tomar por culo, bobo”, dejándome en casa y encima forzaron el cierre automático del portal”.

Isra, después de la impotencia a la que se vió sometido, ha querido ponerlo en conocimiento de todo el mundo, ya que “muchos de mis compañeros tienen discapacidad intelectual, además de física, y no pueden defenderse”.

Al parecer, la empresa adjudicataria del servicio 065 cambió hace poco la concesión, bajando su calidad considerablemente -ya que no es la primera queja que reciben- por la falta de personal y reducción de plantilla, dejando unos servicios sanitarios bastante escasos para los usuarios. La reclamación ha sido interpuesta ante la Consellería de Bienestar Social, sin que hasta la fecha hubiesen obtenido respuesta alguna.

Observado los incidentes que se están produciendo, deberían valorar si los empleados de este servicio para discapacitados, poseen las facultades y formación oportunas y acordes al tipo usuarios con los que tratan a diario.