En el acuerdo suscrito con los propietarios se contempla que el Concello apoyará una modificación puntual del Plan General de Ordenación Municipal necesaria para rematar el edificio comenzado hace más de dos décadas y que ofrece una mala imagen en el centro urbano, a cambio de lo cual se le cederá a la Administración local un bajo de 148,26 metros cuadrados El alcalde asegura que en ningún caso la modificación puntual podrá variar la edificabilidad que tiene en este momento el edificio, “debe mantener la misma que ya posee, adaptando superficie y altura a lo que se recoge en el PGOM”
El Ayuntamiento de Porriño ha firmado un convenio urbanístico con tres particulares (Manuel Carrera Lorenzo, Marcelina Lago Werhan y Digna Lago Werham) con el objetivo de dar solución a un tema que lleva bloqueado más de dos décadas. “Se trata de un edificio paralizado, a medio construir, situado en el centro urbano, cuyas fachadas dan a las calles Peña y Estación, en la plaza Central, y cuyo estado no es el adecuado”, explica el alcalde Nelson Santos.
En el acuerdo suscrito, y que ha sido aprobado por el pleno en la sesión ordinaria celebrada el pasado lunes 30 de diciembre tras una larga negociación previa con los propietarios, se contempla que el Concello apoyará una modificación puntual del Plan General de Ordenación Municipal (PGOM) necesaria para rematar el edificio, a cambio de lo cual se le cederá a la Administración local un bajo de 148,26 metros cuadrados.
La modificación a presentar se centra en la eliminación de las alineaciones interiores que están marcadas en el patio de manzanas, que estaba calificado como público y que sin embargo los propietarios del edificio acreditaron que es privado. “Precisamente, el hecho de superar estas alineaciones interiores era el motivo por el cual la obra se paralizó a principios de los años 90 y, desde entonces, todo se estancó empeorando con el paso del tiempo la situación del edificio y generando un feísmo urbanístico y paisajístico que perdura hasta el día de hoy, cuestión por la cual desde este Gobierno hemos decidido empezar las negociaciones con los propietarios para acordar una solución siempre dentro de la legalidad”, señala el concejal de Urbanismo Marcelino Coto, haciendo hincapié en que “ello no supone que luego no tengan que atenerse y adaptarse a la normativa recogida en el PGOM”.
El convenio supone el apoyo del Concello para que se lleve a cabo esta modificación puntual, documento que una vez se presente deberá ser aprobado inicial y provisoriamente por el pleno y por último, de manera definitiva, por la Xunta de Galicia. En esta modificación se señalará que lo que se debe aplicar en este caso no son las alineaciones interiores sino el fondo edificable. No obstante, desde el Gobierno local insisten que “en ningún caso la modificación puntual podrá variar la edificabilidad que tiene en este momento el edificio, debe mantener la misma que ya posee, adaptando superficie y altura a lo que se recoge en el PGOM”, subraya el alcalde.
Con todo, el objetivo principal que busca el Concello con esta actuación reside en eliminar la mala imagen que está generando el edificio en el centro urbano, a la vez que se erradica y se prevén otros posibles problemas de seguridad y salubridad.