Agentes de paisano que patrullaban la zona, se dieron cuenta de que no era normal un matrimonio con un menor en brazos a la una de la mañana, se acercaron y se encontraron que la mujer estaba a punto de dar a luz
La Policía Nacional auxilió a una mujer de 22 años, de nacionalidad Senegalesa y residente en Vigo, cuando se puso de parto en la calle Travesía de Vigo.
Los agentes patrullaban por la calle Travesía de Vigo a la altura del 205, dentro del Plan Robos en Establecimientos, cuando vieron a un matrimonio en la calle, y que el varón llevaba un niño pequeño en brazos, a los que se les notaba cierto grado de nerviosismo al moverse sin parar la mujer.
Al acercarse y preguntar si tenían algún problema, se dan cuenta que la mujer se encontraba en un avanzado estado de gestación, y que se quejaba de intensos dolores por las contracciones, afirmando que ella creía que ya iba a dar a luz.
La dotación comunica con la Sala 091, para pedir asistencia médica inmediata, mientras no llegan los servicios médicos, dos patrullas uniformadas se acercan a la zona, para crear si hiciese falta un entorno de intimidad vistas las circunstancias y ayudar a la joven madre, quien por el dolor y el estado de nerviosismo, no quería dejar de caminar.
Los agentes intentan calmarla hablando en todo momento con ella, incluso agarrándola de la mano, para que ese estado de nerviosismo, no provoque el parto en la calle, aunque ella manifiesta que las contracciones ya son continuas, y que no aguanta el dolor, y al instante “rompe aguas”, y ella cree que el parto es inminente.
Se insiste sobre la presencia médica, que se persona en pocos minutos, y hace la primera valoración de la situación, y visto el estado de la mujer y que el parto era inminente, solicita una ambulancia medicalizada.
Al llegar la ambulancia medicalizada, se pone en marcha hacia el hospital, viendo que ya no había más momentos de espera, el bebe, ha decido que ya quiere salir, y se la traslada al hospital Álvaro Cunqueiro.
Mientras todo esto ocurría, otros agentes intentaban jugar con el niño, que no dejaba de llorar ante la situación que se estaba produciendo, consiguiendo así liberar al padre para hablar con su pareja y conseguir que también pudiera relajarse un poco.
Así que se improvisó una guardería de urgencia, donde al niño se le invito a jugar con las linternas de la dotación, y se le consiguieron unas “chuches”, y así aminorar un poco su gran susto, por la dificultad de entender que estaba pasando.
Al poco tiempo una dotación de Policía Nacional, se acerca al hospital Álvaro Cunqueiro, para interesarse por el estado de la mujer, y son informados que el parto ya se produjo, fue sin complicaciones, y Vigo ya cuenta con una “vecina más”, una niña.