Los fuegos ocurridos en el día de ayer en toda Galicia, especialmente en el sudeste de la comunidad, hacen que se paralice la huelga que desde hace meses el consorcio provincial de Pontevedra mantiene, para poder ayudar así a apagar todos los focos incendiarios.

 

Los incendios ocurridos ayer y durante el día de hoy en nuestra Comunidad Autónoma no tenían precedentes, en Galicia desgraciadamente estamos acostumbrados a los fuegos, pero no de esta magnitud y forma. Fue un día y una noche muy negra para todos.

Los momentos de tensión, miedo e impotencia vividos se quedarán grabados en la memoria colectiva. Y ante estos hechos, por supuesto, los bomberos del consorcio olvidaron todos los conflictos laborales que mantienen con su empresa contratadora, MATINSA, para ayudar a sofocar los incendios que asolaron nuestra tierra.

De esta forma señalaban desde el Consorcio, “Ante la gravísima situación que ayer se vivió en la provincia de Pontevedra, se impuso entre el colectivo de bomberos el imperativo moral de hacer a un lado nuestras reivindicaciones y nuestros conflictos laborales para acudir en masa a ayudar a nuestros compañeros de guardia y a los ciudadanos de Pontevedra. La de ayer fue una jornada de una dureza extrema y con situaciones dramáticas para los ciudadanos y para los servicios de emergencia.”.

De este modo, todos los bomberos disponibles acudieron a sus respectivos parques y se pusieron a disposición de sus mandos operativos para entre todos sacar adelante lo mejor posible la situación, dentro de las dificultades por las condiciones meteorológicas. 

Igualmente señalaban “Creemos que las administraciones deben revertir la gestión de este servicio por el bien de todos. No nos cansaremos de repetirlo, nuestro compromiso con la ciudadanía está fuera de toda duda y jornadas como la de ayer lo ponen de relieve”.

Claramente, algo debe de cambiar en nuestras administraciones y políticas de conservación, para que hechos como los que estamos viviendo no se repitan otra vez, por que tenemos que volver a decir, desgraciadamente, “nunca mais”.