La buena actuación de Estela Carrera unida a la sólida defensa del Guardés sentenciaron el partido en los primeros treinta minutos sin dejar opción a que el Balonmano Porriño se adelantase en ningún momento en el marcador
Mecalia Guardés (30): Estela Carrera, Ana Cerqueira (2), Naiara Egozkue (3), Inés Hernández (4), Alexa Kurchankova (3), Haridian Rodríguez (4), Ana Manaut (10) –siete inicial-, Cristina Maestro (p.s.), Sara Alonso, Isabel Tornero (1), Antía Espiñeira (1), Marta Pombal (1), Marta Álvarez (1), Cristina Barrios y Nuria Benzal.
Balonmano Porriño (20): Iris Sanjuán, Sara Gil (4), Cecilia Cacheda (1), Andrea Dapena (1), Alba Dapena (1), Sarai Samartín (5), Lorena Pérez –siete inicia-, Susi Sánchez (p.s.), Babi Cerqueira (1), Mónica Mata, Xica, Soraia Lopes (2), Emma Prieto (5), Gemma Martínez, Sandra Costas y Sandra López.
Parciales: 3-0, 6-1, 9-2, 12-4, 14-4, 16-5 (descanso), 19-8, 22-9, 25-12, 27-14, 29-16 y 30-20 (final).
El Balonmano Porriño, en palabras de su propio técnico, completó “los treinta peores minutos desde que dirijo el equipo” y se despidió de cualquier posibilidad de triunfo en la cancha del Guardés. La buena defensa de las locales, unida a una gran actuación en la portería de Estela Carrera, les permitió dominar por completo el ritmo del partido y dejar visto para sentencia el derbi al intermedio (16-5).
El Guardés saltó a la cancha de A Sangriña con mucha más tensión que las jugadoras porriñesas, a las que no dio resultado su plan inicial de defender y jugar rápido para evitar enfrentarse al bloque defensivo de su rival. La portería y defensa porriñesas no tuvieron su mejor día, lo que limitó mucho las opciones del BM Porriño, que se vio obligado casi siempre a atacar la defensa del Guardés aunque con falta de continuidad y de acierto. Pero cuando conseguían sortear ese bloque, se encontraban con la guardameta Estela Carrera, que echaba por los suelos cualquier intento de gol.
Tras los desastrosos treinta minutos iniciales, las jugadoras de Abel Estévez ofrecieron una versión bastante distinta en la segunda mitad, en la que lograron cambiar algo el ritmo del choque desde su defensa y ya se pudo ver algún atisbo del verdadero BM Porriño, aunque ya era demasiado tarde porque el derbi ya estaba decidido mucho antes de lo previsto.