La violencia obstétrica aparece en el ejercicio de los profesionales médicos en el campo de la Obstetricia y de la Ginecología
El 25 de noviembre –Día mundial contra la Violencia de Género- animan a todas las mujeres a dejar en su hospital una carta con una rosa
El movimiento social “La revolución de las rosas, por la erradicación de la violencia obstétrica” y se fundó en el año 2011, desde entonces, no han dejado de recibir constantemente relatos de mujeres que han sufrido abuso verbal y/o físico en sus partos.
La violencia obstétrica es resultado de una serie de reglas o normas aceptadas e inculcadas socialmente, que son totalmente erróneas, y lo único que hacen estos constructos sociales es denegar a las mujeres su verdadera capacidad para tomar decisiones sobre su anatomía, su sexualidad y su vida reproductiva. Suele ejercerse verbalmente, o mediante conductas y gestos más explícitos.
A través del lenguaje y del comportamiento en sociedad, se sugiere que la finalidad de la sexualidad femenina es el goce de otros; que el parto es la experiencia más dolorosa que puede vivir la mujer; y que los bebés no sienten tanto dolor, como las personas adultas.
Violencia obstétrica es obviar la autoridad y la autonomía de las mujeres sobre su sexualidad, sus cuerpos, sus bebés y sus partos; dejando de lado la espontaneidad, los tiempos, las posturas y los ritmos de la dilatación, cuando no existe patología que justifique una intervención médica. Todo ello, desatiende por completo a las necesidades emocionales de la madre, el bebé y el padre.
Desafortunadamente, se acepta y se tolera la violencia obstétrica porque se asienta cómodamente en esa visión y hablar de ella, sigue siendo un tabú, ya que tanto a los y las profesionales como a las usuarias de los sistemas sanitarios de todo el mundo, les resulta difícil aceptar la idea de que la Sanidad, uno de los pilares de nuestra sociedad, que basa su actuación en el principio “primum non nocere” (lo primero es no hacer daño), pudiese actuar con abuso de poder.
“Consideramos urgente hablar de este tema y dar voz a las mujeres que han sufrido experiencias negativas de parto de este tipo, así como dar apoyo a los y las profesionales que están intentando mejorar la atención perinatal en el mundo, frecuentemente sin apoyo de sus colegas de profesión. Con estos objetivos deseamos abrir el debate social sobre la violencia obstétrica”.
Por segunda vez, el próximo martes, 25 de noviembre -Día mundial contra la Violencia de Género-, la revolución de las rosas organizará acciones bajo el símbolo de la rosa en diversos países, España entre ellos; una de estas acciones consiste en que las mujeres dejen una rosa con una carta en su hospital, en la que pueden mostrar su apoyo y contar su experiencia.