A pesar de considerar ser multada incoherentemente, existir presunta falsedad documental y prevaricación administrativa llegando incluso a los tribunales, el Ayuntamiento de Vigo sigue enviándole cartas reclamándole el pago con recargo a pesar de encontrarse en pleno procedimiento judicial
Los hechos sucedían el 8 de diciembre del año 2012, cuando E. M. T. G. (36) se encontraba con su marido e hija circulando por la rotonda de la avenida Europa con Pardaíña, en el momento en el que puso el intermitente para situarse en el carril externo y tomar la salida, un vehículo policial se puso paralelo a ella y al no poder realizar el cambio, el agente que conducía le gritó “y ahora que”, la conductora en cuestión continuó por el carril interno hasta poder posicionarse de nuevo y retomar la maniobra de salida. Unos 100 m después, el mismo coche patrulla, que la precedía en todo momento, la mandó detenerse en el arcén pidiéndole toda la documentación; cuando esta porriñesa le pidió al policía “¿podría enseñarme su tarjeta de identificación profesional (T.I.P.)?”, a lo que este respondió ”si quiere ver mi número de placa ya le va en la denuncia”; cuando esta mujer preguntó por qué motivo iba a ser denunciada el agente sonrió y respondió que en el mismo sitio le venía redactado, no conforme E. M. decidió no firmar la denuncia y recogió la copia continuando su camino.
Cuando esta conductora llegó a su domicilio porriñés, comprobó en la Ley de Seguridad Vial que el artículo no se correspondía para nada con los hechos denunciados “cambiar de carril sin respetar al vehículo que le precede” (art. 14 en lugar del 74), que su nombre no era el que constaba en el boletín y que su domicilio estaba incompleto. Consultó además la Ley 4/2007, de 20 de abril, de coordinación de policías locales en la que pudo leer como este agente violó varios artículos de esta legislación vigente, poniéndose de manifiesto un grave incumplimiento también por parte del Ayuntamiento de Vigo. Los agentes deben identificarse siempre que les sea requerido con su T.I.P. así como llevar siempre visible en su indumentaria, el número de placa que le corresponde. En este caso ni lo uno ni lo otro, así que la mujer decidió recurrir esta multa por un defecto y solicitando la debida sanción al agente por no cumplir las normas del cuerpo.
No tardó mucho en recibir respuesta notificándole que, tras solicitar un informe de los hechos al agente esta debía abonar la multa de 200 €, aunque para mayor sorpresa se le adjuntaba una fotocopia del boletín de denuncia, modificado y sobrescrito, firmado por el policía en cuestión y la Interventora de Seguridad del Ayuntamiento de Vigo. Esta conductora decide consultar nuevamente la legislación vigente y comprueba que estos hechos pueden ser constitutivos de un delito de falsedad documental y prevaricación administrativa; trata de hablar telefónicamente con la instructora firmante y esta le responde “si no está conforme diríjase al primer juzgado de guardia y denúncienos”.
Como todavía quedaba un trámite de recurso administrativo contra esa resolución, esta porriñesa decide seguir adelante ”segura de que yo no cometí ninguna infracción, sin embargo el agente sí y no pueden hacer lo que quieran cobrando a la gente multas porque les dé la gana”. Recibida la contestación se le viene a comunicar que es la palabra del agente contra la de ella, con lo que decide acudir al juzgado de guardia y realizar la correspondiente denuncia, además de suplicar al juez que solicite las imágenes de una cámara de seguridad vial testigo del suceso en la misma rotonda y que por ley no deberían haberse eliminado al haber grabado una falta de carácter grave, tal como reflejó el policía en el boletín.
A pesar de haber entregado las pruebas oportunas (como el resguardo rosa de la multa junto al informe del agente sobrescrito y modificado), la juez del Juzgado de Instrucción nº 7 de Vigo, decreta el sobreseimiento provisional y archivo al no resultar debidamente justificada la perpetración del delito, aunque con un plazo de 3 a 5 días para recurso de reforma o apelación, eso sí con la firma ya de un abogado y librando incoar al ministerio fiscal.
Aunque bastante abrumada por la falta de una justa respuesta, esta porriñesa ha decidido seguir adelante; pero nuevamente el Ayuntamiento de Vigo, a pesar de estar todavía el proceso en trámites, le ha enviado la semana pasada otro requerimiento de pago con el correspondiente recargo “me siento acosada por parte de la interventora y del agente que decidió multarme porque sí, ya que todavía no he agotado mis opciones y no deberían estar agobiándome con un pago que todavía no se ha resuelto si debo ejecutarlo o no”. E. M. teme represalias por haber llegado tan lejos “ellos tienen la matrícula de mi vehículo, así como mis datos y dirección, ¿quién me asegura que no comenzarán a llegarme infracciones a casa en las que yo no he estado presente?. Lo que me da mucha tristeza es que por culpa de una manzana podrida se fastidie todo el frutero, puesto que ya sé de otra persona multada injustamente por el mismo policía y pensar que existen compañeros que tapen estas actuaciones me parece muy miserable”.