El conjunto de Abel Estévez se sobrepuso al contratiempo de la lesión de Isa Bastero en el segundo 45 e intentó romper el choque en una gran primera parte pero el Guardés se rehizo y aprovechó sus superioridades numéricas en los últimos minutos para hacerse con la victoria.
GUARDÉS – BM PORRIÑO 31-27
El derbi no empezó nada bien para el Balonmano Porriño que a los cuarenta y cinco segundos de partido veía cómo se quedaba sin una de sus piezas más importante. Isa Bastero se torcía un tobillo y el conjunto de Abel Estévez perdía al eje de su defensa y a su jugadora más experimentada para el resto del derbi. El peor inicio posible. Sin embargo, las porriñesas se crecieron ante esta adversidad e imprimieron mucho ritmo al partido para empezar, poco a poco, a abrir hueco en el marcador. (5-6, min.10; 6-8, min.15). Las cosas parecían marchar a pedir de boca. El BM Porriño amenazaba por prolongar el guión de los anteriores derbis, evitando un partido igualado y dando continuidad a las victorias visitantes. Su ventaja alcanzaba ya los seis goles (7-13, min.20) y el encuentro amenazaba con romperse. Pero la exclusión de Maialen Mujica fue un auténtico jarro de agua fría. El Guardés encadenó un parcial de 3-0 para marcharse al descanso metido de lleno en el partido (15-17, min.30).
De hecho, al poco de reanudarse el derbi, había un encuentro nuevo (17-17, min.35). El choque se equilibró muchísimo y las diferencias eran mínimas para unas y para otras. La igualdad presidía el marcador (21-21, min.45; 25-25, min.55). Pero cuando todo estaba aún en el aire, el BM Porriño, que notaba y mucho la ausencia en sus rotaciones de la lesionada Isa Bastero, encadenó tres exclusiones de forma consecutiva que permitieron al Guardés abrir una escasa diferencia de dos goles a su favor. Fue suficiente porque el intento de presión del conjunto de Abel Estévez para buscar la victoria salió mal y las locales aprovecharon para cerrar el partido (31-27)